Si no conoces la película, está dirigida por Wes Anderson y basada en el cuento homónimo de Roald Dahl, autor de Charlie y la Fábrica de Chocolate, los Gremlins o Matilda entre otros. Pero Anderson lleva la película a su terreno y, alterando un poco el argumento original, convierte el cuento en una ácida comedia sobre la crisis de los 40 y la importancia de ser fiel a uno mismo. Está realizada con stop-motion y, aunque la animación es un poco tosca para mi gusto, la fotografía es magnífica y los diálogos simplemente geniales.
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